Luego de la euforia de las vacaciones y las fiestas, es inevitable que todo se vaya cuesta abajo: la rutina vuelve a envolvernos de una forma apabullante.
Y si bien en la psicología se le conoce como “Síndrome Post Vacacional” o “post fiesta”, es mucho más popular el término “Blue Monday”, insertado en la cultura popular para descubrir ese desasosiego y que fecha exactamente al tercer lunes del año como el “más triste” de todos.
Este nació de una fórmula hallada por el psicólogo de la Universidad de Cardiff, Cliff Arnall, quien se encargó de popularizar el término para efectos comerciales. Debido a esto, su teoría y la validez misma de la palabra se han insertado en la cultura popular, aunque todo lo que la rodea haya sido calificado por varios científicos como “pseudociencia” y se hayan refutado sus bases científicas al considerar que no tienen ningún fundamento.
De todos modos, el sentimiento es real, sobre todo cuando hay que encarar propósitos que quizás no se cumplan, cuentas por pagar, y un trabajo al que retornar. Un estudio de 2015, hecho por la compañía de rentas para autos Auto Europe y conducida por Atomik Research mostró que el 57% de los trabajadores británicos se sentían deprimidos y nada motivados cuando regresaban al trabajo.
La encuesta tuvo como muestra a mil personas y el 21% de estas se muestra melancólica al llegar a su puesto de trabajo. Esta desazón, aunada a varios factores, puede llegar a tener incluso variantes, como el Trastorno Afectivo Estacional, depresión que aparece con los cambios de estación, sobre todo cuando empieza otoño e invierno y que sí se encuentra en la literatura médica como un padecimiento para el que se requiere ayuda profesional. Pero, ¿qué se puede hacer para poder sortear esta cuesta abajo de desazón que se genera luego de las fiestas y generar un nuevo conocimiento de felicidad?
“El Blue Monday suele ser un día desafiante porque la emoción de los días festivos ha terminado, y quizás hayamos vuelto a la realidad del trabajo, la creciente deuda de los días festivos y las resoluciones fallidas de Año Nuevo. El mejor antídoto para este consiste en concentrar conscientemente nuestros cerebros en todo lo que funciona bien en nuestras vidas. Como investigadora de la felicidad que ha estudiado el optimismo durante más de una década, recomiendo una práctica diaria de gratitud. Intenta anotar cada día durante 21 días tres cosas nuevas y únicas por las que estás agradecido, o por el mismo período de tiempo, escribe una nota de dos minutos o un correo electrónico a alguien nuevo y diferente cada día para felicitarlo o agradecerle. Estos pequeños hábitos de felicidad nos pueden traer alegría de una manera que cambia la trayectoria de nuestro año y pone el Blue Monday en un pasado lejano”, explica para Publinews Internacional Michelle Gielan, coach de felicidad.
Por eso y más allá del popular término, es hora de entender cómo construir la felicidad a través de otros conceptos que no involucren los conceptos tradicionales que se tienen sobre ella y que se pueden practicar para generar un mejor estado emocional en el individuo. Puede ser permitirse algo distinto todos los días, para que sin importar el día en que se esté, se pueda avanzar.
Blue Monday: saca la felicidad dentro de ti
Samantha Clarke, coach y speaker de felicidad, nos habla más sobre el Blue Monday y de cómo identificar un estado de felicidad.
- ¿Es el “Blue Monday” más como un mito, una manera de describir una sensación de tristeza general?
–Creo que es un concepto útil y quizás una técnica de distracción para ayudar a la gente a sobrepasar el mes de enero. Es difícil cuando hemos pasado las vacaciones siendo indulgentes y relajándonos en el trabajo, pero cuando tenemos que volver a las labores, puede ser muy duro. Sobre todo porque hemos también ignorado nuestras preocupaciones y miedos sobre una cosa en particular, como un trabajo o una relación para disfrutar las vacaciones, pero todo vuelve en enero. Así que quizás es un término util para reconocer este sentimiento y hacer algo al respecto, para conocer todas las cosas que van hacia la superficie.
- Este sentimiento es general después de las vacaciones, o un momento muy feliz. ¿Cómo entender la felicidad de una manera que va más allá de vivir cosas maravillosas u obtener placer fácilmente?
–Creo que la clave aquí es cuál es nuestra definición de felicidad. Esto es a menudo lo que causa conflictos dentro de las personas. Tenemos que preguntarnos qué es exactamente lo que nos estamos preguntando cuando hablamos de felicidad. La palabra “felicidad” tiene mucho significado. A continuación hay dos cosas: ¿Cuál es este estado de ánimo que busco? (“Felicidad” en el sentido psicológico) ¿Qué es lo que necesito para que en mi vida me vaya bien? (“Felicidad” en el sentido de “bienestar”). Desafortunadamente, la mayoría de la gente usa la felicidad en términos más generales que se relacionan con cuáles son las fuentes de felicidad en mi vida. Si tengo más preguntas relacionadas con el tema, sé dónde puedo obtener más si lo necesito. Los individuos deben definir qué significa la felicidad para sí mismos, ya sea una perspectiva de bienestar, elementos psicológicos o diversos elementos de su vida.
- ¿Cómo ves la tristeza en relación con la felicidad? ¿Por qué es importante estar triste a veces para construir una relación saludable con la felicidad?
–Creo que necesitas de ambas en la vida. Estoy en contra de solo alcanzar o aspirar a estados constantes de felicidad. Debemos saber montar las olas de la vida. Si tratamos constantemente de evitar la tristeza sin entender qué es lo que está aquí para mostrarnos y cómo puede ayudarnos a crecer, estamos llevando vidas muy unidimensionales.
Por Luz Lancheros/Publinews Internacional