La decisión del magnate Elon Musk de abandonar su plan de compra de Twitter ha sido recibida con una mezcla de alivio y decepción de amplio espectro político, con muchas personalidades criticando al fundador de la fabricante de autos eléctricos Tesla frente a otros que aplaudieron su “exposición” en la influyente plataforma de mensajería.
El anuncio de Musk el viernes de que ya no quiere comprar la red social provocó una celebración por parte de los grupos de defensa de la libertad de expresión que habían lanzado una campaña para evitar que el hombre más rico del mundo siguiera adelante con la compra.
El anuncio del acuerdo valorado en 44.000 millones de dólares a fines de abril había generado temores de que la plataforma experimentaría un aumento en el abuso y la desinformación después de que Musk, autoproclamado absolutista de la libertad de expresión, asegurara que en gran medida dejaría que los usuarios dijeran en sus cuentas de Twitter cualquier cosa permitida por la ley.
Según Todd, la ruptura de ese acuerdo “es un respiro bienvenido para las mujeres, las personas de color y los miembros de la comunidad LGBTQ+”.
Nicole Gill, cofundadora y directora ejecutiva del organismo de control de tendencia izquierdista Accountable Tech, criticó la oferta de Musk como “una cruzada caótica”.
“Nuestro ecosistema de información, seguridad y democracia no pueden quedar al antojo de multimillonarios irresponsables”, fundamentó.
Pero las esperanzas se desvanecieron para otros que creían que el desmantelamiento de la plataforma por parte de Musk conduciría a una disminución de las medidas destinadas a frenar el acoso, las mentiras y otros abusos considerados políticamente motivados y contrarios a la libertad de expresión.
De su lado, Donald Trump Jr, hijo del expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), pronosticó que tras el anuncio de Musk, la “censura” en Twitter “se multiplicará por diez”.
“Cero posibilidades de libertad de pensamiento o expresión en este momento”, dijo en la plataforma Truth Social, creada recientemente por su padre después de que lo expulsaran de su red preferida donde había acumulado unos 88,7 millones de seguidores.
Twitter echó al exmandatario acusado de haber usado la red social para incitar a sus seguidores a invadir el Capitolio -sede del Congreso de Estados Unidos- el 6 de enero del año pasado. La trágica insurrección de partidarios de Trump dejó cinco muertos, incluido un policía y generó una amplia investigación legislativa con discusión de un eventual juicio político.
Precisamente, Trump ya había reafirmado que se apegaría solamente al uso de Truth Social, algo que reiteró el viernes.
“EL ACUERDO DE TWITTER ESTÁ MUERTO, LARGA VIDA A ‘TRUTH””, publicó en Truth Social.
Twitter plantea demanda
En una carta publicada por las autoridades bursátiles estadounidenses (SEC), los abogados de Musk sostienen que Twitter no respetó sus compromisos asumidos en el acuerdo de adquisición por 44.000 millones de dólares, al no proporcionar todas las informaciones solicitadas sobre el número de cuentas falsas en la plataforma.
“El señor Musk ejerce (el) derecho de terminar el acuerdo de adquisición y abandona la transacción”, indicaron sus abogados en una carta a la red social, una copia de la cual fue enviada a la SEC.
Acto seguido, el presidente de la red social, Bret Taylor, prometió una demanda a Musk para que se respete lo acordado.
“La junta directiva de Twitter está comprometida a cerrar la transacción en el precio y los términos acordados con el señor Musk y planea emprender acciones legales para hacer cumplir el acuerdo de fusión”, tuiteó Taylor.