Misterio

El temblor de anoche en Guatemala: ¿Coincidencia o presagio?

¿Los temblores estan conectados?.

En la madrugada del 5 de febrero de 2025, a la 1:01 a.m., un sismo de magnitud 5.5 sacudió Guatemala, con epicentro en el océano Pacífico, frente a las costas de Suchitepéquez. Este evento ocurrió exactamente 49 años después del devastador terremoto de 1976, que dejó una profunda huella en la memoria colectiva del país.

La coincidencia temporal ha generado diversas interpretaciones entre la población. Algunos sugieren que la recurrencia de sismos en esta fecha podría tener connotaciones más allá de lo natural, alimentando teorías sobre ciclos sísmicos ligados a eventos paranormales o supersticiones locales.

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Sin embargo, es fundamental abordar estos eventos desde una perspectiva científica. Guatemala se encuentra en una zona de alta actividad sísmica debido a la interacción de placas tectónicas en su territorio. Los sismos son fenómenos naturales que responden a procesos geológicos y no a influencias sobrenaturales.

Un mito común es la creencia de que durante un terremoto, la tierra se abre y “traga” personas o edificaciones. En realidad, aunque el suelo puede presentar grietas, es improbable que estas sean lo suficientemente grandes como para engullir estructuras enteras. Este tipo de creencias, aunque arraigadas en la cultura popular, carecen de fundamento científico.

Es natural que, tras eventos sísmicos significativos, surjan relatos y leyendas que intenten dar sentido a lo ocurrido. Sin embargo, es crucial basar nuestra comprensión en información verificada y científica. La coincidencia de fechas entre el sismo reciente y el terremoto de 1976 es precisamente eso: una coincidencia sin implicaciones paranormales.

Ante la constante actividad sísmica en Guatemala, es esencial promover la educación y preparación sísmica, desmitificando creencias infundadas y fomentando una cultura de prevención y resiliencia.

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