El famoso hongo Cordyceps que inspiró la historia de The Last of Us existe en la vida real, y sí, es tan inquietante como parece. Se trata de un parásito que infecta insectos, especialmente hormigas, tomando el control de su sistema nervioso y obligándolos a actuar de formas que beneficien al hongo antes de morir. Aunque suena sacado de una película de terror, este fenómeno ocurre en la naturaleza todos los días.
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Sin embargo, no hay razones para entrar en pánico. Aunque el Cordyceps es real, su capacidad para infectar a humanos está prácticamente descartada. El hongo está altamente especializado para atacar ciertos insectos, y no hay evidencia científica de que pueda adaptarse para controlar cerebros humanos como en la serie. Los científicos han estudiado este organismo durante años, y aunque lo consideran fascinante y útil en ciertos contextos médicos, no lo ven como una amenaza.

Lo que sí es cierto es que el caso del Cordyceps pone sobre la mesa el potencial de otros hongos para evolucionar. Con el cambio climático y la adaptación de ciertos patógenos a temperaturas más altas, algunos expertos no descartan que en el futuro otros tipos de hongos puedan representar nuevos riesgos. Pero, por ahora, el apocalipsis zombie sigue siendo solo ficción.