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El IGSS emite advertencias para reconocer los síntomas de la insolación y del golpe de calor

Conoce las diferencias para atenderlas de inmediato.

Se acerca la Semana Santa, una temporada en que los veraneantes aprovechan para disfrutar del sol, playa y arena, por su parte los fieles católicos presencian el paso de las procesiones que recorren las calles y avenidas del país. Muchas otras personas visitan los balnearios para pasar un buen momento en familia.

Sin embargo, pocas veces se tiene el conocimiento de los peligros que se enfrentan al exponerse por varias horas al los rayos del sol, ya que esto también afecta la piel.

Las autoridades advierten que la exposición al sol puede causar insolación o un golpe de calor. La primera sucede cuando el cuerpo es incapaz de regular la temperatura corporal y se acompaña de un proceso de deshidratación. Dependiendo de la severidad, puede afectar la interacción de las neuronas, lo que resultaría en convulsiones.

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Mientras que el golpe de calor es una lesión grave cuyo principal síntoma es una temperatura corporal superior a los 40 grados centígrados.

¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS?

INSOLACIÓN

  • Dolor de cabeza
  • Mareos
  • Vértigos
  • Desmayos
  • Mucha sed
  • Frecuencia respiratoria acelerada

GOLPE DE CALOR

  • Mucosas resecas
  • Alteración de la consciencia, como desorientación, frecuencia cardíaca y respiratoria elevada.
  • Baja presión arterial debido a la alteración de líquidos del afectado.
  • Piel enrojecida, caliente y reseca por falta de transpiración.

Así mismo, destacan que los menores de cinco años y adultos mayores de 65 son más vulnerables de padecer insolación, como también quienes padecen enfermedades cardiovasculares, neurológicas, metabólicas, procesos agudos infecciosos, obesidad, desnutrición y que usan sustancias en exceso, como el alcohol.

¿QUÉ SE DEBE HACER EN AMBOS CASOS?

  • No aglomerarse cerca de quien sufre un episodio de insolación; hay que darle espacio para que respire. Una o dos personas son suficientes para auxiliarlo.
  • Si el paciente no se desmayó, llevarlo a un lugar fresco y tranquilo. Por el contrario, si tiene una pérdida del conocimiento, debe ir a la Emergencia.
  • Elevar las piernas del afectado, ya que mejora la circulación de líquidos en el cuerpo.
  • Colocar compresas de agua fría en la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle (son regiones vasculares). Esto ayudará a disminuir la temperatura corporal.
  • Proporcionar la cantidad de líquidos que el paciente pida y que tolere.
  • Si se desmaya, no intentar darle bebidas por la vía oral. En este escenario, los médicos rehidratarán de forma intravenosa.
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