Mediante rueda de prensa en el mediodía montevideano de este lunes 29 de abril, el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica, anunció que en un chequeo médico realizado el pasado viernes, le detectaron un tumor en el esófago, asegurando que “su caso es muy comprometido y doblemente complejo”, debido a la enfermedad inmunológica que sufre desde hace 20 años y que le genera dificultades para someterse a cirugía y quimioterapia.
El presidente de Uruguay entre los años 2010 y 2015, indicó que a pesar que apenas pasaron 72 horas desde que se realizó el estudio, el equipo médico ya activó el protocolo para determinar los pasos a seguir en su tratamiento en el corto plazo, especificando sentirse bien a pesar de tener algo de dolor.
“Morirse, hay que morirse. Pertenecemos al mundo de las cosas vivas, y en el mundo de las cosas vivas se nace signados para morir. Por eso la vida es una aventura formidable. Mientras pueda, seguiré militando y entretenido con las verduras, mientras el rollo aguante, voy a seguir. Quiero transmitirle a las pibas y pibes (chicas y chicos) que la vida es hermosa, pero se gasta y se cae. El quid es empezar de vuelta cada vez que uno cae, y si hay bronca, que la transforme en esperanza. Nadie se salva solo”, reflexionó el ex integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
Antecedentes clínico de Pepe
En su época de guerrillero en la década del sesenta del pasado siglo XX, Mujica fue partícipe de varios enfrentamientos armados en los cuales recibió seis balazos, uno de ellos que le comprometió seriamente el intestino y desde este entonces ha tenido que convivir con ciertos cuidados.
Desarrolló una salud bastante deteriorada cuando pasó 13 durísimos años en la cárcel (11 en aislamiento total y 7 en condiciones infrahumanas), llegando a desarrollar alucinaciones visual y auditivamente, a comer insectos y papel higiénico y hablar con animales para no volverse loco.
En abril de 2021, el expresidente Mujica fue internado de urgencia por una úlcera causada por algún cuerpo extraño que luego migró al aparato digestivo y no pudo ser hallado, situación que para el momento se pensó que era una espina de pescado clavada en el esófago.