La princesa Ana hizo su primera aparición pública luego de haber sido hospitalizada el pasado 23 de junio por el golpe de un caballo en su finca de Gatcombe Park, Gloucestershire.
Su reaparición fue en los Campeonatos Nacionales de Equitación para Discapacitados de la Universidad de Hartpury y el Hartpury College. Durante su discurso, la princesa de 73 años, confesó que no recuerda nada del golpe que le dio el animal. Así lo reseñó Quien, que expuso que la hija de la fallecida reina Isabel II tenía un hematoma debajo del ojo izquierdo.
“No recuerdo nada de aquello”, aseguró la princesa, quien regresa poco a poco a sus labores como miembro de la Realeza británica, pues es conocida como la integrante de la Familia Real que más trabaja.
El citado medio presentó imágenes de la hermana del rey Carlos III en el evento, al que asistió la princesa el pasado viernes, luciendo un traje tweed de color verde oliva, acompañado por un sombrero, guantes y bolso azul marino
La Princesa se mostró muy sonriente y con la entereza que le caracteriza, lo que evidencia que su recuperación avanza muy bien.
“Es un gran honor para la princesa venir a la RDA como su único evento desde el accidente. Nada más al salir del coche dijo: ‘No me acuerdo de nada’. Es muy motivante e inspirador tenerla aquí”, fueron las palabras de Helena Vega Lozano, presidenta de RDA UK, a Daily Mail, cita el portal Quien.
Michael Bishop, Director Ejecutivo de la RDA, expuso que “la princesa estaba en plena forma. Fue un placer volver a verla. Estuvo muy participativa mientras hablaba con todos los voluntarios y participantes, y no faltaron algunas bromas. Estuvo muy atenta y reconoció a muchos de los voluntarios”.
La princesa Ana sufrió amnesia
La secuela de no recordar nada de lo sucedido en el accidente, ratifica la amnesia temporal de la cual se comentó que sufrió la princesa Ana.
El hecho de que no recuerde el trauma es un tipo de amnesia con el que se borró de su mente el mal vivido.
Afortunadamente, sobrevivió para contarlo y en muy buenas condiciones, ya que no todas las personas salen airosas por el golpe o patada de un caballo.