La vida de Franco Henry Puac Aguilar, de 15 años, cambió radicalmente esta semana, cuando otro adolescente le disparó mientras él recibía clases.
Sueños, metas y una vida por delante tenía Henry. Todos los días se levantaba temprano y se dirigía a trabajar como ayudante de albañil para ganar un dinerito y colaborar con los gastos en su casa.
Luego de estar horas bajo el Sol trabajado y sin importarle el cansancio, regresaba a su vivienda a cambiarse. Se colocaba su uniforme y se dirigía a la escuela para educarse, para preparase y ser alguien en la vida. Cursaba primero básico en el Instituto de Educación Básica por Cooperativa de Enseñanza.
Lamentablemente, este martes en horas de la tarde, cuando más de 300 alumnos recibían clases en el gimnasio municipal, porque su escuela estaba en reparación, un adolescente de 14 años ingresó y sin mediar palabra le disparó en la cabeza ante la mirada de todos los presentes que quedaron atónitos sin comprender lo que había sucedido.
El joven quedó inmóvil en su escritorio, completamente bañado de sangre. La escena era realmente impactante lo que provocó que los presentes resultaran con crisis nerviosa.
Al llegar al lugar, el estudiante aún tenía signos vitales, por lo que fue trasladado a un centro asistencial en donde recibió atención inmediatamente. Sin embargo, de acuerdo con el director del Hospital de Colomba Costa Cuca, el diagnóstico no es alentado.
“El tipo de lesión que tiene en el cráneo, es severa, está en el intensivo, está ventilado, pero con una lesión severa, es un caso difícil de tratar. Los médicos están haciendo lo humanamente posible, pero es un caso difícil de tratar. Se le da anti edema cerebral y antibióticos, tratando de disminuir al máximo la hinchazón del cerebro. Las neuronas del cerebro son las únicas que no se regeneran. Las lesiones cerebrales no son reversibles y un edema bastante marcado lo que hace que el diagnóstico sea reservado. Ni aquí, ni en otro país del mundo se puede curar un daño en el tejido cerebral”, explicó el médico.