Israel quiere sacar el máximo provecho por tener el cadáver del líder de Hamás, Yahya Sinwar, fallecido el pasado 17 de octubre por un ataque israelí durante enfrentamiento en Rafah, al sur de la Franja de la Franja de Gaza.
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Tanto Israel como Hamás confirmaron la muerte del hombre, de 61 años, a quien responsabilizan por el asesinato de más de 1200 personas y el secuestro de más de 250, de los cuales más 100 permanecen en cautiverio.
Aunque el líder adjunto de Hamás en Gaza, Khalil al-Hayya, ha asegurado que no entregará rehenes hasta que los israelíes detengan su operación militar, éstos últimos tienen como ficha los restos del fallecido terrorista.
The Jerusalem Post reseñó que fuentes dijeron a CNN que Israel tiene el cuerpo de Yahya Sinwar en una ubicación secreta, y que podrían utilizarlo como “intercambio” para liberar a rehenes retenidos en Gaza.
Por ahora, Israel analiza todas las opciones para saber cómo aprovechar el cadáver del máximo líder de Hamas,
“Si Hamas quiere intercambiar sus restos por israelíes, vivos o muertos, entonces está bien”, dijo una fuente diplomática israelí, según el citado medio.
Cuerpo de Yahya Sinwar no volverá a Gaza sin acuerdo
Una fuente aseguró que sin acuerdo el cuerpo de Yahya Sinwar no volverá a Gaza. La idea es acordar por medio de una negociación, “de lo contrario, entregarlo no va a suceder”, indicó el informante.
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The Jerusalem Post destacó que de entregar los restos del líder de Hamás no descartan que los partidarios de este grupo, le hagan un santuario exaltándolo como un mártir.
“La muerte de Sinwar ha ofrecido a la dirección israelí cierta esperanza de que las liberaciones de rehenes sean posibles sin las mismas condiciones impuestas en el acuerdo de noviembre o las condiciones estipuladas en propuestas desde entonces”, dice el referido medio.
Yahya Sinwar murió durante un operativo fortuito de una patrulla israelí, que detectó a tres combatientes corriendo de casa en casa en Tal al-Sultan, de Rafah. Vieron a uno de ellos corriendo solo a un edificio y atacaron. Al día siguiente los israelíes regresaron al sitio y al ver el cadáver, notaron su gran parecido con el líder de Hamás, por lo que le cortaron un dedo para análisis de ADN, con los que corroboraron su identidad. Antes de fallecer, el terrorista se escondía en túneles con guardaespaldas.
Los medios internacionales precisan que el cuerpo de Sinwar tenía un chaleco antibalas, una pistola y US$11.000 (40.000 shekels).
