James David Vance (Ohio, 1984) se convertirá en el nuevo vicepresidente de EE.UU. gracias a la victoria de Donald Trump después de una vida que él mismo define como ejemplo del sueño de superación americana: todo en su biografía conspiraba en su contra, pero terminó estudiando en Yale, siendo senador por Ohio y aspirando a ocupar el segundo sillón del país más poderoso del mundo.
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Mucho antes de llegar a la política, J.D., como se le conoce popularmente, sufrió una infancia expuesta a la violencia, a las armas y al consumo de drogas en Middletown, su localidad natal en ese estado del cinturón de óxido (Rust Belt).
La de muchas familias
Su despiadada realidad era la de muchas familias blancas en ciudades manufactureras del medio Oeste, en decadencia allá por la década de los noventa.
Las constantes peleas de sus padres desembocaron en un divorcio tras el que J.D. empezaría a usar el apellido Vance de su madre en vez del Bowman paterno; y su crianza recaería en su abuela, a quien llamaba “Mamaw”, cuyas enseñanzas moldearon la persona y el político que es hoy.
Con información de agencias.