Luego de estar 90 días en prisión y puesta en libertad después de un largo proceso, Ligia Hernández Gómez informó el pasado 9 de diciembre que retomaba la dirección del Instituto de la Víctima; sin embargo, una semana después anunció que renunciaba a su cargo.
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El pasado 13 de agosto, Ligia Iveth Hernández Gómez, directora del Instituto de la Víctima, fue detenida en la Torre de Tribunales, a donde acudió luego que se pusiera a disposición de un juzgado que giró la orden de aprehensión por el delito de financiamiento electoral no registrado por el supuesto señalamiento en el caso “Corrupción Semilla”.
“Hoy regreso con gratitud, con determinación y sin ningún impedimento a cumplir con el mandato que me fue encomendado a principios de este año: servirle al pueblo de Guatemala desde el Instituto de la Víctima”, refirió en un escrito cuando retomó sus funciones.
Ahora, su discurso es diferente, pues justifica que “actualmente no existen las condiciones adecuadas para ejercer el cargo como la población lo merece”.
“Once meses después de haber asumido el reto de liderar una institución pública para ponerla al servicio de las guatemaltecas y guatemaltecos, hoy he tomado la difícil decisión de dar un paso al costado y renunciar a la Dirección General del Instituto de la Víctima. Aun con la capacidad y la voluntad firmes, actualmente no existen las condiciones adecuadas para ejercer el cargo como la población lo merece”, afirmó la funcionaria.
Así mismo, puntualizó que esto se suma la necesidad de proteger su integridad personal y de resguardar a su familia ante un contexto político de creciente incertidumbre y adversidad.
“Agradezco profundamente la confianza y el respaldo puestos en nuestra misión de procurar justicia para todas y todos desde el primer día. Creo firmemente que la transformación social pasa por ocupar espacios públicos y dirigirlos con transparencia, honestidad y vocación de servicio”, concluyó.