Dicen que lo que mal empieza, mal termina. Aunque las diferencias de Meghan Markle con la Familia Real británica se hicieron evidentes después de su matrimonio con el príncipe Harry, la realidad es que sus desacuerdos con los parientes de su esposo, los viene arrastrando desde el mismo día la unión nupcial, cuando hizo enojar a la reina Isabel II.
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La monarca, fallecida en septiembre de 2022, fue una de las personas que más se mostraba comprensiva con la pareja. Sin embargo, pese a que mostraba su mejor cara ante todos, detrás de cámaras pasó varias situaciones que la enojaron, y una de esas, ocurrió durante el matrimonio de la pareja en 2018.
Heraldo USA publicó que el autor real Tom Bower, indicó en su libro ‘Revenge’ (2022), que la reina Isabel tuvo sus preocupaciones durante el matrimonio por las elecciones de Meghan Markle.
La estadounidense no se apegó a la tradición de la Realeza para su atuendo como novia y esto hizo enojar a la Reina. Una de las cosas con las que no estuvo de acuerdo Isabel II fue con el hecho de que Meghan eligiera un velo de novia tradicional.
La Reina consideraba que no era acorde que Meghan usara velo porque este es un símbolo de pureza de las vírgenes, y ella ya era una mujer divorciada. No obstante, esto no importó a la exactriz, quien usó un velo de 16 pies de largo.
Otra cosa que enojó a la monarca es que Meghan Markle se casara con un vestido blanco, ya que por la tradición, este color es ícono de castidad, lo que no concordaba con la norteamericana, por tratarse de su segundo matrimonio.
“Lady Elizabeth Anson, prima de la Reina y amiga cercana, reveló en su libro Mi madre y yo que la monarca consideró que el vestido de Givenchy era “demasiado blanco” y que no era apropiado para alguien que se casaba por segunda vez en la iglesia”, dice Heraldo USA.
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La monarca vio el atuendo de Meghan como inapropiado.
Meghan Markle y más desaciertos con la reina Isabel II
A todo lo mencionado, se suma el hecho de que supuestamente, Meghan Markle también rechazó usar las tiaras que Isabel II le ofreció de su colección.
El citado medio reseñó que antes de la boda, Angela Kelly, amiga cercana y confidente de la Reina que se encargaba de gestionar las joyas reales, le presentó las tiaras, pero presuntamente, Meghan las rechazó con una actitud, que Kelly consideró grosera.
Además, dicen que la reina Isabel II estaba molesta por el hecho de que Meghan Markle no le hablara a su padre, incluso le aconsejó que resolviera sus diferencias con él antes de la boda con Harry, pero eso nunca pasó. El príncipe se casó con ella sin conocer a Thomas Markle, padre de la actual duquesa.