Una mujer de 29 años, Denaya J. Young, fue acusada este martes de asesinato en segundo grado en el condado de King, estado de Washington (EE.UU.), tras haber golpeado brutalmente a su hijo de 14 años hasta causarle la muerte porque no había terminado sus deberes. El caso, que ha conmocionado a la comunidad, revela detalles escalofriantes sobre la violencia extrema que sufrió el adolescente, Jemiere Da’metrius James Robinson, quien recibió más de 1.172 heridas en su cuerpo, incluidas 74 en el rostro y la cabeza.
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Según los documentos judiciales presentados ante el Tribunal Superior del condado de King, el ataque ocurrió el pasado 30 de enero en la casa de Young. La mujer habría golpeado a su hijo con un cable alargador durante tres horas, hasta que el adolescente dejó de respirar. Los forenses determinaron que las lesiones fueron tan graves que Jemiere sufrió un síndrome de respuesta inflamatoria repentina, una condición en la que la sangre se desvía a tantas partes del cuerpo que el corazón no puede funcionar correctamente.
El fiscal del caso detalló que el adolescente vivía con su madre desde agosto de 2023, después de que Young se negara a devolverlo a su hermana, quien era su tutora legal. Durante el ataque, el menor suplicó por ayuda mientras su padrastro, su hermano de 5 meses y sus hermanas de 4 y 6 años se encontraban en la casa. Sin embargo, nadie intervino para detener la agresión. El padrastro declaró que vio a Young perseguir a Jemiere por toda la casa y golpearlo repetidamente, pero decidió no intervenir porque consideró que “la mejor opción es ocuparse de sus propios asuntos”.
Fue la propia Young quien llamó a los servicios de emergencia cinco minutos después de que su hijo colapsara y dejara de moverse. Al llegar los agentes, la mujer admitió su culpabilidad: “Fui yo. Dejé que la ira se apoderara de mí con el cable alargador”, confesó. Además, reconoció que “perdió la cuenta” de cuántas veces había golpeado a su hijo. En un momento desgarrador, Young relató que su hijo le dijo repetidamente que se sentía mareado, pero ella lo ignoró y continuó golpeándolo. “Debería haberlo escuchado”, admitió.
Los expertos forenses encontraron entre 10 y 20 lesiones en el cuerpo de Jemiere que parecían ser anteriores al ataque fatal del 30 de enero, lo que sugiere que el adolescente había sido víctima de abuso físico durante meses. Young admitió que comenzó a agredir físicamente a su hijo en noviembre, aunque no con la misma intensidad que en el incidente que le costó la vida.
Actualmente, Denaya J. Young se encuentra recluida en la cárcel del condado de King bajo una fianza de 3 millones de dólares. Su próxima audiencia judicial está programada para el 13 de febrero, donde se espera que se presenten más detalles sobre este caso que ha conmocionado a la opinión pública.
