El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este domingo una orden ejecutiva que establece el 9 de febrero como el “Día del golfo de América”, renombrando así el cuerpo de agua conocido históricamente como golfo de México. El decreto fue firmado mientras Trump viajaba en el Air Force One, que sobrevolaba la zona recién rebautizada.
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En un comunicado de la Casa Blanca, Trump justificó la medida afirmando que el golfo ha sido “un activo integral para nuestra nación una vez floreciente” y que es “una parte indeleble de Estados Unidos”. Además, destacó que su administración busca “restaurar el orgullo estadounidense en la historia de la grandeza de EE.UU.”, considerando el cambio de nombre como un acto simbólico y trascendental.
Tras el anuncio, Google actualizó sus mapas para reflejar el nuevo nombre en territorio estadounidense. Sin embargo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con la decisión y anunció que su gobierno enviará una carta a Google para recordar los nombres oficiales de los mares internacionales y los organismos responsables de designarlos.
La medida ha generado controversia, especialmente en México, donde se considera el golfo como un espacio compartido y no exclusivo de Estados Unidos. El cambio de nombre refleja una postura nacionalista de la administración Trump, pero su impacto real en la comunidad internacional y en los acuerdos geopolíticos sigue siendo incierto.