Un juzgado que conoce el caso de abusos y matrimonios forzados a los integrantes de la secta Lev Tahor ha negado el ingreso al albergue a varios voluntarios que se disponían a celebrar el Pésaj, el comienzo de la Pascua Judía este sábado que se extiende hasta el 20 de abril, según confirmó a Publinews una fuente cercana.
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Se conoció que por disposición de los padres de los niños se negara cualquier ingreso al albergue donde están en resguardo de las autoridades guatemaltecas debido a una investigación relacionada con abusos a los menores de edad y matrimonios forzados.
La Pésaj es una festividad judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto, relatada en el Pentateuco, fundamentalmente en el Libro del Éxodo. Se tenía previsto el ingreso de un grupo de voluntarios, aunque por decisión judicial fue rechazado. De momento, ningún familiar de los niños y menores de edad han brindado algún comentario.


El caso
Desde finales del año pasado se conoció que hubo denuncias en Santa Rosa por abusos y matrimonios forzados de los adolescentes de la secta. Entonces, autoridades de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS) intentaron en vano dos veces verificar, aunque hubo impedimento.
Fue el 21 de diciembre cuando un operativo con decenas de policías y hasta un helicóptero que incursionó en el inmueble de la secta y “rescató” a los menores de edad. Entonces, los niños fueron trasladados a hogares de protección, donde recibieron atención médica, psicológica y social mientras se investiga a fondo la situación, se especificó.
Los ortodoxos judíos han protestado varias veces en la zona 3 de la ciudad de Guatemala, incluso, con bloqueos en el tráfico para que les devuelvan a los 146 niños y adolescentes. Han acudido al Palacio Nacional, al Congreso y a la Torre de Tribunales.
La Comunidad
Lev Tahor, conocida por su interpretación estricta de la religión judía, ha sido objeto de controversia durante años, enfrentando denuncias similares en países como Israel, Estados Unidos y Canadá. Según los informes, dentro de la comunidad existían prácticas que violaban los derechos de los menores, lo que motivó la acción de las autoridades guatemaltecas.
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El caso ha generado un intenso debate sobre los límites entre la libertad religiosa y la protección de los derechos humanos. La comunidad Lev Tahor ha rechazado las acusaciones, calificándolas como una persecución injustificada, mientras que organismos internacionales instan a garantizar el bienestar de los menores rescatados y a llevar a cabo un juicio imparcial.