El presidente y la primera dama de Estados Unidos, Donald y Melania Trump, recibieron este lunes a miles de niños en la Casa Blanca para celebrar el Lunes de Pascua, que este año se vivió con las banderas a media asta por el fallecimiento del papa Francisco.
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“Acabo de firmar una orden ejecutiva para poner a media asta todas las banderas de nuestro país, las federales y las estatales, en honor del papa Francisco. Era un buen hombre, trabajó duro. Amaba el mundo y es un honor hacerlo”, dijo el mandatario desde el balcón del Pórtico Sur de la mansión presidencial.
Esa orden estará en vigor hasta la puesta de Sol el día del entierro, según precisó después en su red social, Truth Social.
Celebración
El Lunes de Pascua es una de las multitudinarias celebraciones que los presidentes organizan a lo largo del año. Según dijo el mandatario durante su intervención, este año se esperan unos 40.000 asistentes.
Esta tradición se remonta al año 1878, explica la Casa Blanca. El entonces presidente, Rutherford Hayes (1877-1881), invitó a un grupo de menores a jugar en los jardines de su mansión. Aunque también cuentan que a principio de esa década ya se festejaba en los jardines del Capitolio, pero se acabó prohibiendo.