Los vecinos del municipio sevillano de Coripe han vuelto a celebrar su peculiar Quema del Judas, una tradición en la que cada año eligen a un personaje público considerado negativo para la sociedad y lo simbólicamente “ajustician”. En esta ocasión, el elegido fue el presidente estadounidense Donald Trump, cuyo muñeco fue quemado y disparado ante la atenta mirada de los asistentes.
La fiesta, de arraigada tradición en la localidad, consiste en crear un muñeco que representa a una figura polémica y someterlo a un juicio popular antes de su quema. Trump, conocido por sus políticas controvertidas y su estilo divisivo, fue seleccionado este año como símbolo de lo que los organizadores consideran un “perjuicio para la sociedad”.
Mientras las llamas consumían la efigie del exmandatario, los asistentes celebraron con música y ambiente festivo. Esta tradición, que mezcla crítica social y folclore, se repite cada año en distintos pueblos de España y Latinoamérica, aunque en Coripe ha cobrado especial notoriedad por la elección de figuras internacionales.