Una potente explosión sacudió el sábado 26 de abril el puerto de Shahid Rajai, en Bandar Abbás, al sur de Irán, dejando al menos 40 fallecidos y más de 1,100 heridos, según informaron las autoridades. El incidente provocó un incendio masivo que, aunque en un 80% controlado, obligó a suspender todas las operaciones portuarias mientras equipos de rescate y seguridad trabajan en la zona.
La detonación fue de tal magnitud que causó graves daños en edificios cercanos, derrumbando techos y dejando algunas estructuras inutilizables. El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, visitó el lugar este domingo para evaluar los daños, mientras que Rusia envió dos aviones especializados, un Be-200 Altair y un Il-76, para apoyar las labores de extinción.
Aunque inicialmente se descartó que la explosión estuviera relacionada con instalaciones petroleras, las investigaciones apuntan a que habría sido causada por contenedores con productos químicos almacenados en el puerto. La empresa de seguridad Ambrey sugieren que el perclorato de sodio, usado en combustible para misiles, podría ser el responsable. Sin embargo, el gobierno iraní negó la presencia de cargamentos militares y acusó a ciertos medios extranjeros de difundir “sensacionalismo” con fines políticos.
El puerto Shahid Rajai es clave para la economía iraní, manejando el 85% del tráfico de contenedores del país. Mientras las autoridades prometen informar en su momento las causas exactas del siniestro, Irán ha declarado un día de luto nacional por las víctimas.