En un mundo digital, las tarjetas navideñas hechas a mano se convierten en un tesoro, son el encanto de lo tradicional pero están ya casi olvidadas. Cada trazo, cada palabra, es una muestra de cariño y dedicación.
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La calidez de un mensaje personal, combinado con la belleza de un diseño único, hacen de estas tarjetas un regalo inolvidable y es recomendable regalar una sonrisa y un pedacito de tu corazón con una tarjeta navideña hecha a mano.
Dato histórico
El orígen se remonta al siglo XIX. Se atribuye a Sir Henry Cole, un aristócrata inglés, la creación de la primera tarjeta navideña comercial en 1843. Abrumado por la cantidad de felicitaciones que debía enviar a sus conocidos, Cole encargó a un ilustrador una tarjeta con un diseño navideño que luego hizo imprimir en masa.
En la actualidad
Las tarjetas navideñas siguen siendo una forma popular de expresar nuestros mejores deseos a familiares y amigos. Sin embargo, con el auge de las tecnologías digitales, la forma de enviar y recibir estas tarjetas ha cambiado.
Aunque las tarjetas físicas siguen siendo muy apreciadas, cada vez más personas optan por enviar felicitaciones navideñas a través de correo electrónico, redes sociales o aplicaciones móviles.