Hubo una época en la que llevar tu música favorita a todas partes no era tan fácil como abrir una app en el celular. El Walkman, aquel legendario reproductor de casetes de Sony, revolucionó la forma en que disfrutábamos de la música. No solo era portátil, sino que ofrecía una calidad de sonido que, para su tiempo, era impresionante.
Antes de las playlists digitales, existía un ritual casi sagrado: grabar tu propio mix en un casete. Pasabas horas frente al radio esperando que sonara tu canción favorita para grabarla en el momento exacto, rezando para que el locutor no hablara encima del intro. O si tenías acceso a otro reproductor, hacías copias de tus álbumes favoritos, eligiendo cuidadosamente el orden de las canciones.
El Walkman no solo definió una generación, sino que también cambió nuestra relación con la música. De pronto, podías perderte en tu mundo con solo ponerte los audífonos, vivir la experiencia de un álbum completo sin interrupciones y sentir la emoción de descubrir nueva música en formato físico.
Hoy en día, la nostalgia por el Walkman sigue viva. Ya sea por el sonido analógico de los casetes, el diseño retro o simplemente el recuerdo de una época en la que la música se disfrutaba con más paciencia y dedicación. ¿Tú llegaste a tener uno?