En la era dorada de los gadgets, Sega sorprendió al mundo con el I-Dog, un perro robot interactivo que reaccionaba a la música. Lanzado en 2005, este simpático dispositivo movía la cabeza, iluminaba su cara y hasta “bailaba” al ritmo de las canciones, conectándose a reproductores de MP3 y otros dispositivos.
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Con múltiples colores y versiones, el I-Dog se convirtió en un fenómeno, siendo el compañero perfecto para los amantes de la música y la tecnología. Su carismático diseño y respuestas a los sonidos lo hicieron uno de los juguetes más codiciados de la época.

Aunque hoy es un objeto de nostalgia, el I-Dog sigue siendo recordado con cariño por quienes crecieron en los 2000’s. Un pequeño robot que nos hizo sentir que el futuro ya estaba aquí.