El desayuno es frecuentemente considerado la comida más importante del día. Sin embargo, muchas personas recurren a opciones rápidas y poco saludables, como las galletas, para iniciar su jornada. Aunque prácticas, estas pueden tener efectos negativos significativos en la salud, según advierten especialistas.
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El cardiólogo José Abellán, en el podcast “El Club de las Mentes Vivas”, subrayó que las galletas no son alimentos completos. Según el especialista, están diseñadas para “hackear” los sistemas de gusto y saciedad del cuerpo, lo que genera un aumento en el consumo de alimentos innecesarios.
“Las galletas disparan picos de glucosa que el organismo debe metabolizar, pero no generan saciedad real. Esto conduce a una mayor ingesta de calorías y a la acumulación de depósitos de grasa”, señaló Abellán. Con el tiempo, estos desequilibrios pueden promover resistencia a la insulina, inflamación y riesgos para el sistema cardiovascular e inmunológico.
Los ultraprocesados, como las galletas, han sido objeto de múltiples investigaciones. Un estudio publicado en el British Medical Journal (BMJ) analizó datos de 45 estudios realizados en diversos países, con una muestra de casi 10 millones de personas. Los resultados mostraron una asociación clara entre el consumo habitual de ultraprocesados y un mayor riesgo de:
· Enfermedades cardiovasculares
· Diabetes tipo 2
· Obesidad
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· Cáncer
· Problemas de salud mental
Estos hallazgos refuerzan las advertencias de los especialistas sobre el impacto a largo plazo de una dieta rica en alimentos ultraprocesados.
Para evitar estos riesgos, los expertos recomiendan dedicar más tiempo a preparar desayunos saludables y equilibrados. Optar por alimentos frescos y naturales, como frutas, cereales integrales, frutos secos y proteínas magras, puede marcar una gran diferencia en la salud a largo plazo.
Aunque comer galletas ocasionalmente no representa un peligro grave, el consumo frecuente y desmedido de ultraprocesados puede tener efectos perjudiciales significativos. Como recordó Abellán, “en un entorno controlado, una galleta no es un problema, pero en el contexto actual, su consumo excesivo es una amenaza para nuestra salud”.