El verano trae diversión, pero también enfermedades. La combinación de altas temperaturas y mayor exposición al exterior hace que virus y bacterias se propaguen con facilidad. Entre las más comunes están la insolación, las infecciones estomacales y las enfermedades de la piel.
PUBLICIDAD

Las intoxicaciones alimentarias aumentan debido al calor, que favorece la descomposición de los alimentos. También las enfermedades como la salmonela y la gastroenteritis son frecuentes, especialmente en comidas callejeras o mal refrigeradas. Además, la exposición prolongada al sol puede causar insolación, golpe de calor y quemaduras severas.

El agua de piscinas y playas también puede ser un foco de infecciones. La conjuntivitis y las otitis se vuelven habituales en quienes pasan mucho tiempo nadando. Además, el sudor y la humedad pueden provocar hongos en la piel. Tomar precauciones como buena higiene, hidratación constante y protección solar es clave para disfrutar el verano sin contratiempos.