El verano puede ser una época increíble para salir a pasear y jugar al aire libre, pero también representa un riesgo para nuestros perros si no tomamos precauciones. Las altas temperaturas pueden causar desde deshidratación hasta golpes de calor, especialmente en razas peludas o de hocico corto.
Asegúrate de que siempre tengan acceso a agua fresca y sombra. Evitá los paseos en horas de intenso sol, ya que el asfalto caliente puede quemar sus patas. Un truco útil: si no podés sostener tu mano en el suelo por más de cinco segundos, tampoco es seguro para ellos.
También podés ayudarlos con cepillados frecuentes para eliminar el exceso de pelo y usar tapetes o toallas húmedas para refrescarlos. Algunos perros disfrutan de baños cortos o juegos con agua, siempre supervisados.
No olvides que un poco de cuidado puede marcar la diferencia. Ellos no pueden decirlo, pero dependen de vos para estar cómodos y seguros.