Al igual que los humanos, los perros pueden sufrir de depresión o ansiedad. La única diferencia es que los animales no pueden hablar, por lo que cuesta detectar rápidamente qué sienten. Por eso, hay que estar pendientes de las señales que manifiestan para brindarles la ayuda necesaria.
El tema de la depresión en los perros lo expuso New York Post, explicando que a veces la baja de ánimo de los canes, puede estar relacionada con alguna patología o malestar físico, motivo por el cual, lo primero que hay que hacer es chequear si hay alguna enfermedad.
Obviamente, igual a las personas, un dolor o malestar físico baja el ánimo de los canes.
Si el veterinario ve que todo está bien físicamente, entonces el estado de tristeza del perro, puede ser depresión.
Síntomas y causas de la depresión en los perros
El portal Veterinarians.org indicó que los síntomas de depresión en los perros se manifiestan de la siguiente forma:
-Pérdida de interés en las cosas que solían alegrar a su perro.
-Reducción de los niveles de actividad y deseo de jugar.
-Dormir demasiado y lentitud
-Pérdida o cambios en el apetito.
-Mayor irritabilidad
-Accidentes inapropiados en el hogar.
-Mal humor y lenguaje corporal triste.
-Lamido excesivo para mayor comodidad.
-Apego o retraimiento social
-Vocalización reducida y bullicio.
-Gritos o aullidos inusuales (también pueden ser signos de ansiedad).
Las causas de depresión en los perros pueden ser varias y van desde su entorno hasta la vejez. En relación al entorno, pueden haber múltiples factores, tales como la pérdida de algún ser querido, la separación, las enfermedades crónicas. The Post dice que el estrés de sus dueños también puede afectarlos, al igual que los cambios de hogar o de ambiente, periodos de encierro y maltratos.
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En cuanto a la vejez, es debido a que van perdiendo sus capacidades cognitivas.
¿Cómo ayudar a los perros con depresión?
Un perro con depresión necesita amor, sólo eso incentivará a sus dueños a darle el mejor de los cuidados.
The Post dice que se recomienda hacerle una rutina con un horario establecido para sus comidas, juegos y descanso. Además, se aconseja crear un vínculo con la mascota, jugando, abrazándolos, sacándolos a pasear. También es bueno consentirlo con las comidas, ya sea poniéndole más cantidad, dándole lo que le gusta o con nuevas comidas.