El Boletín de los Científicos Atómicos anunció este martes que el Reloj del Juicio Final, símbolo de la amenaza global, se encuentra a tan solo 89 segundos de la medianoche, marcando el punto más cercano al colapso en la historia de este indicador. La medianoche representa el momento del ‘apocalipsis’, y este avance subraya la gravedad de los riesgos que enfrenta la humanidad.
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En un comunicado oficial, Daniel Holz, presidente del Consejo de Ciencia y Seguridad del Boletín, enfatizó que este ajuste es una señal de alerta máxima.
“Dado que el mundo ya está peligrosamente cerca del precipicio, cualquier movimiento hacia la medianoche debe tomarse como una indicación de peligro extremo y una advertencia inequívoca”, expresó Holz.
El científico destacó que los riesgos existenciales, como el cambio climático, la proliferación nuclear y la inestabilidad geopolítica, continúan creciendo, mientras los esfuerzos globales por mitigarlos avanzan con demasiada lentitud.
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“Cada segundo de retraso en invertir el rumbo aumenta la probabilidad de un desastre global”, advirtió.
El expresidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, también participó en el evento, señalando que la seguridad global ha empeorado debido a la falta de acciones conjuntas.
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“En los últimos años hemos sido testigos de un fracaso de la diplomacia mundial y de las normas internacionales en favor de acciones unilaterales y de la creencia de que la fuerza y la coerción deben prevalecer”, declaró Santos desde el Instituto de la Paz en Washington D.C.
El exmandatario instó a los líderes mundiales a enfocarse en objetivos comunes como la transición energética, la regulación de la inteligencia artificial, los acuerdos sobre pandemias y el control de la carrera armamentista nuclear.
“Cada segundo cuenta”, afirmó Santos, destacando la urgencia de la cooperación internacional para evitar un desastre global.
Creado en 1947 por un grupo de físicos de la Universidad de Chicago, el Reloj del Juicio Final simboliza la vulnerabilidad del mundo ante amenazas como la proliferación nuclear y el cambio climático. Desde entonces, ha reflejado momentos críticos en la historia mundial.
En 1953, tras las pruebas termonucleares de EE.UU. y la URSS, el reloj marcó 23:58.
En 1991, con el fin de la Guerra Fría y avances en desarme nuclear, retrocedió a 17 minutos de la medianoche, su momento más seguro.
Más recientemente, en 2018 y 2019, volvió a las 23:58 debido a tensiones nucleares y climáticas.
La decisión de mover las manecillas es tomada por el Boletín junto a un grupo de expertos, incluidos varios premios Nobel, quienes analizan factores globales para determinar el nivel de amenaza.