En un contexto de inflación creciente, aumento de los costos de vivienda y gastos cotidianos, muchas parejas están adoptando un nuevo formato de relación conocido como inflationship (combinación de “inflación” y “relación” en inglés). Este término describe a aquellas parejas que deciden permanecer juntas no por amor o romance, sino por razones económicas, ya que separarse significaría una drástica reducción en su nivel de vida.
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Según un reporte de The New York Post, la inestabilidad económica ha afectado gravemente la independencia financiera de los millennials y la generación Z, quienes ahora buscan un “alma gemela platónica” para compartir gastos como el alquiler, la comida, el transporte y otros servicios básicos. “Cuando los millennials o la generación Z ven lo que la inflación está haciendo hoy, sus relaciones se empiezan a transformar. Pueden estar juntos, pero compartiendo el costo de la gasolina, los alimentos, el alquiler o lo que sea, solo porque es una decisión pragmática”, explica un video citado por Grazia.
Una encuesta realizada en 2023 reveló que casi el 30% de los participantes admitió vivir con su pareja por temor a no poder permitirse vivir solos. En casos más extremos, el aumento del costo de vida ha llevado a algunas personas a continuar viviendo con sus exparejas incluso después de una ruptura, ya que uno o ambos no pueden afrontar los gastos por separado.
La situación económica también ha impactado a los jóvenes estadounidenses. Un informe del Banco de América citado por Reuters en 2023 indicó que el 46% de la generación Z depende de la ayuda financiera de sus padres y familiares, enfrentándose a desafíos cada vez mayores debido a la inflación. Además, el mismo porcentaje de jóvenes no está preparado para ahorrar para su jubilación, y la mitad de ellos no planea comprar una vivienda en los próximos cinco años.
Este fenómeno refleja cómo la crisis económica está transformando las dinámicas de las relaciones personales. Para muchas parejas, la decisión de permanecer juntas ya no se basa en el amor, sino en la necesidad de sobrevivir en un entorno financiero cada vez más desafiante. El inflationship se ha convertido en una estrategia de supervivencia en tiempos de incertidumbre económica, donde el pragmatismo supera al romanticismo.
