En la noche del lunes, un devastador incendio arrasó un hotel en la estación de esquí de Kartalkaya, en la provincia de Bolu, Turquía, causando la muerte de al menos 76 personas y dejando 51 heridos. El siniestro, que comenzó en el restaurante del hotel, afectó a un edificio de madera que albergaba 234 huéspedes en el momento del incidente.
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Las llamas se propagaron rápidamente, obligando a los equipos de bomberos, policías y médicos a trabajar durante más de 10 horas para controlar el fuego. Aunque la mayoría de los huéspedes lograron ser evacuados, muchos quedaron atrapados debido a la rápida expansión del incendio.
El ministro de Sanidad, Kemal Memisoglu, confirmó el número de víctimas e informó que uno de los heridos se encuentra en cuidados intensivos, mientras que 17 ya han sido dados de alta tras recibir atención médica.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, expresó sus condolencias y aseguró que se llevarán a cabo investigaciones exhaustivas para determinar las causas del incendio y sancionar a los responsables. “Se han iniciado investigaciones administrativas y judiciales”, anunció, informando que seis fiscales y una junta de expertos han sido designados para el caso.
El presidente ruso, Vladímir Putin, envió un mensaje de condolencias a Erdogan, lamentando las consecuencias de la tragedia. En su comunicado, pidió que se transmitiesen sus palabras de apoyo a los familiares y amigos de las víctimas, además de sus deseos de recuperación para los heridos.
El incendio en Kartalkaya se suma a una serie de desastres recientes que han afectado al país, planteando interrogantes sobre las medidas de seguridad en instalaciones turísticas. Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, la tragedia deja un profundo impacto en la comunidad local y en los visitantes que disfrutaban de una de las estaciones de esquí más importantes de Turquía.
La reconstrucción del lugar y el apoyo a las víctimas serán ahora los principales desafíos para las autoridades y la sociedad turca.
