Un avión de la aerolínea Air Busan se incendió este martes en el aeropuerto internacional de Gimhae, en la ciudad de Busan, Corea del Sur. Afortunadamente, los 169 pasajeros y los siete miembros de la tripulación fueron evacuados con éxito y no se reportaron víctimas.
El incendio comenzó en la cola de la aeronave, poco antes de que esta despegara con rumbo a Hong Kong, alrededor de las 22:30 hora local. Aunque las llamas se originaron en la parte trasera, se propagaron rápidamente hacia el fuselaje. Las autoridades aeroportuarias y equipos de emergencia actuaron con prontitud para evacuar a todos los ocupantes y contener el fuego.
La aerolínea aún no ha informado sobre las posibles causas del incidente, y se espera que las autoridades surcoreanas realicen una investigación exhaustiva.
Este accidente ocurre menos de un mes después de la tragedia aérea más mortal en Corea del Sur en décadas. Un avión de Jeju Air, que volaba desde Bangkok, se estrelló en la pista del aeropuerto de Muan durante un aterrizaje de emergencia, el pasado diciembre. En ese trágico evento, murieron 179 personas.
Expertos señalaron una combinación de factores que agravaron la situación del vuelo de Jeju Air, incluyendo la presencia de aves en el cielo, la longitud de la pista, una estructura de hormigón en su final y la prisa del piloto por aterrizar.
El incendio en el avión de Air Busan y el reciente accidente de Jeju Air han encendido las alarmas sobre la seguridad aérea en el país. Aunque Corea del Sur cuenta con uno de los sistemas de aviación más avanzados del mundo, estos incidentes resaltan la importancia de reforzar las medidas de seguridad tanto en tierra como en el aire.
Las investigaciones determinarán las causas del incendio en el avión de Air Busan y si existen fallos mecánicos, operativos o estructurales que deban ser abordados. Mientras tanto, la rápida acción de las autoridades evitó que el incidente se convirtiera en otra tragedia.