Hace más de una década que una tatuadora soñaba con realizarse un retrato de Marilyn Manson, ícono del rock gótico que ha pasado por muchas controversias. Pero lo que comenzó como una visión artística, un diseño que combinaría la imagen de Manson con un fondo de vitral, evocando una estética religiosa o casi divina, terminó convirtiéndose en una pesadilla personal. Según relató la misma artista en su video viral, este tatuaje no solo fue un desastre visual, sino que también trajo consigo un costo emocional que, más allá del mal diseño, dejó una marca profunda.
Según su relato publicado en TikTok, Mort Visage confiaba plenamente en el tatuador al que había elegido, no solo por su reputación dentro de la comunidad local de tatuadores, sino también por la relación que había establecido con él. Ella misma había tomado clases con este artista para mejorar su propia técnica, por lo que esta relación de confianza se fue desmoronando durante las sesiones.
A pesar de su conocimiento sobre el proceso de tatuaje, la falta de comunicación sobre el diseño final fue el primer indicio de que algo no iba a salir bien. En lugar de revisar el diseño en detalle antes de empezar, el tatuador comenzó sin consultar a la clienta, lo que llevó a un resultado muy diferente al que ella había imaginado.
Según sus declaraciones, cuando vio el diseño final, sintió que no solo no se parecía a Marilyn Manson, sino que parecía más bien una caricatura de la Monja o el personaje de “Terrifier”. Este fue solo el inicio de una serie de desacuerdos ya que el tatuador no solo no había seguido sus instrucciones de forma adecuada, sino que además, al expresar su descontento, le respondieron que no recordaba los detalles que ella había solicitado y, para sorpresa de Mort, subió el precio del tatuaje de 6,500 pesos iniciales a 10,000 pesos, lo que hizo aún más difícil la situación.