Contador 2 retoma la historia de Christian Wolff (Ben Affleck), un genio de los números con habilidades letales, quien ahora debe resolver el asesinato de un alto funcionario de Hacienda (J.K. Simmons). Sin embargo, lo que prometía ser un regreso intenso y calculado, termina siendo una película que se queda muy por debajo de su predecesora.
Lo más rescatable de esta entrega es sin duda Jon Bernthal, quien ahora pasa al frente como co-protagonista. Su personaje aporta intensidad en las escenas de acción y un toque de humor inesperado, formando un dúo entretenido con Affleck. La película tiene ritmo y no se hace pesada, con una vibra que recuerda a los clásicos de acción de los 80 y 90 donde el héroe se abre paso a punta de balas y astucia.
Y ojo: si te quedaste con ganas de ver a Jon como The Punisher en Daredevil: Born Again, esta película es un buen aperitivo. Bernthal hace lo que mejor sabe hacer: encarnar a un tipo rudo que no duda en jalar el gatillo si eso significa salvar el día. Su presencia eleva varias escenas que, de otra forma, habrían pasado sin pena ni gloria.
El problema es que todo lo demás se siente vacío. Affleck ofrece una interpretación fría, casi robótica, y su personaje parece más una parodia de Batman que el calculador contador que vimos en la primera entrega. El elenco secundario no aporta mucho y la historia, aunque con giros, no tiene el peso emocional ni el suspenso que hizo destacar a la original.
Contador 2 entretiene en lo superficial, pero pierde la precisión que definía a su protagonista. Se deja ver, pero no deja huella.