Meghan Markel llegó a la Capilla de San Jorge, como indicaba el programa, y brilló con un imponente diseño de etiqueta británica camino al altar.
La nueva princesa, que había confesado que le gustan los vestidos sencillos, contó con la ayuda de varios asesores de Kensington Palace, entre ellas Jessica Mulroney, así como de algunas de sus amigas para elegir el modelo.
El modelo nupcial debió ser aprobado por la reina Isabel II, quien estuvo pendiente de cada uno de los detalles de este gran día. Hubo mucha especulación previa con respecto a quién sería el encargado.
El secreto mejor guardado
Finalmente, la actriz llegó acompañada del príncipe Carlos deslumbró con una pieza distinguida en tono off white, escote barco y mangas largas creado por la diseñadora británica Clare Waight Keller, directora artística de la casa de alta costura francesa Givenchy.
A la vez moderno, de corte sencillo pero muy elegante, el vestido que ensalza la figura de la novia. Se estima que costó más de 100 dólares y llevó tres meses de elaboración.
Como indica el protocolo, llevó una tiara de diamantes que es parte de la colección del joyero real, de este desprendía un extenso velo.
Lució el cabello recogido y un maquillaje sobrio que realzaba sus facciones naturales.
En su dedo anular el anillo de compromiso diseñado por el propio Harry, lo compró en su último viaje a Botswana. Tiene un gran diamante y le hizo agregar dos, uno a cada lado, que fueron de un broche de su madre: Lady Di. Precio: 57 mil dólares
Se conoce que habrá un cambio de look,otro vestido más "descontracturado y moderno" para la recepción que tendrá lugar en castillo de Windsor.