El príncipe Harry y Meghan Markle mostraron este miércoles por primera vez en público a su primogénito, dos días después del nacimiento del bebé, de quien aún no se sabe el nombre.
"Es mágico y asombroso", declaró la recién estrenada mamá. El pequeño nació a las 5:26 de la mañana y pesó 7.3 libras (3,3 kilos).
Los duques de Sussex también declararon a la prensa que la experiencia viene siendo un "sueño" para ellos.
La familia posó ante los fotógrafos en el Castillo de Windsor, adonde acudieron para presentar el bebé a su bisabuela, la reina Isabel II.
"Tengo a los dos mejores hombres del mundo, así que estoy muy contenta", afirmó Meghan, de 37 años, que apareció con un vestido blanco.
Mientras que Harry afirmó no poder decir aún a quién se parece su hijo. El príncipe, que intercambiaba miradas con su esposa mientras presentaba al recién nacido a los fotógrafos, resaltó que espera pasar momentos especiales con el niño a medida que crece.
"Es genial, ser padre es increíble", dijo Enrique. "Apenas han pasado dos días y medio, o tres días, pero estamos encantados de tener con nosotros a nuestro bebé, de poder pasar momentos preciosos con él y ahora verlo crecer", añadió.
Otros detalles
El pequeño, el primer mestizo que nace en el seno de la familia real dado que la madre lo es, figura como séptimo en la línea sucesoria después de su padre, sus tres primos (George, Charlotte y Luis), su tío (William) y su abuelo (el príncipe Carlos).
Los nombres de Alejandro, Jaime y Arturo son los favoritos de las apuestas, pero también Spencer, Felipe, Carlos y Eduardo.
La llegada de otro bebé a la monarquía británica ha generado una gran atención mediática en el Reino Unido y en el mundo entero.
Ellos y su hijo viven en Frogmore Cottage, su casa ubicada en los terrenos de Windsor (a las afueras de Londres), que en los últimos meses fue sometida a una extensa renovación.
A diferencia de los duques de Cambridge, los de Sussex decidieron no comparecer ante los medios con el bebé en brazos el mismo día del nacimiento, una señal de que han optado por preservar la intimidad y evitar un gran despliegue de cámaras y fotógrafos.