Ha encarnado a Zorro y a Picasso, a vampiros y a 'latin lovers'. Es Antonio Banderas, el actor español mundialmente conocido que comenzó su carrera de la mano de Pedro Almodóvar en 1982.
A sus 58 años, Banderas ganó el premio de mejor interpretación masculina en el Festival de Cannes por su octava película con Almodóvar, "Dolor y gloria", en competición por la Palma de Oro.
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Para esta última aventura con Almodóvar se vistió con los coloridos polos y las zapatillas del cineasta para, en su propia casa y entre sus muebles, encarnar su doble: un realizador angustiado y adolorido, que el actor interpreta con sobriedad.
El desempeño ha sido tan de su gusto, que el propio Almodóvar lleva meses diciendo que el de Banderas "es el mejor trabajo que ha hecho en su vida".
"Lo respeto, lo quiero, es mi mentor", dijo el actor español al recoger el premio en la gala de este sábado.
El director manchego recuerda cómo en sus inicios "Antonio era un animal apasionado, que barría con su sola presencia", tal como explicó a la revista española de cine Fotogramas.
"Ahora es otro, porque está en la madurez y porque ha pasado en tres ocasiones por el quirófano" para ser operado del corazón, tras un infarto en 2017.
"Aunque él sigue igual de vital y divertido y no le ha cambiado el carácter, yo notaba en su cara la experiencia de quien sabe que podía haberse muerto", añadió.
Banderas recuerda por su parte que el cineasta le hizo interpretar a un homosexual con tendencias asesinas en "La ley del deseo" (1987), cuando "moralmente el crimen estaba aceptado en el mundo del cine", pero no tanto el hecho de "plantar a dos homosexuales en la pantalla besándose".
Andalucía natal
La carrera del actor andaluz comenzó un día del verano boreal de 1980, cuando tomó un tren a Madrid con el objetivo de "inventarse". José Antonio Domínguez Bandera (en singular) no tenía ni 20 años, y en su Málaga natal dejaba a su madre, profesora, y a su padre, policía.
Al año siguiente, siendo actor de teatro en la capital, estaba en el Café Gijón cuando un hombre le dijo: "Tú tienes una cara muy romántica, tú deberías hacer cine algún día".
Era Pedro Almodóvar, quien rápidamente lo contrataría para su filme "Laberinto de pasiones" (1982), ambientado en el frenético Madrid de la 'Movida'.
Bajo su dirección, fue también aprendiz frustrado de torero en "Matador" (1988), el personaje marginal que secuestra a una actriz porno (Victoria Abril) en "Átame" (1990) o, mucho más tarde, el cirujano psicópata de "La piel que habito" (2011).
En los años 1990, el actor parte a la aventura a Estados Unidos sin ni siquiera hablar inglés. Comenzó con "Los reyes del mambo" (1992), interpretando el papel de un músico cubano exiliado en Nueva York.
A partir de ahí fue sumando proyectos en Hollywood y películas de acción -junto a Tom Cruise en "Entrevista con el vampiro" (1994), o como caballero de la noche en "La máscara del Zorro" (1998). Una carrera que lo ha hecho merecedor de su propia estrella en el celebérrimo Paseo de la Fama de Hollywood.