Una semana después del 13 de marzo de 2020, día en el que el presidente Alejandro Giammattei oficializó el primer caso positivo de Covid-19 en el país, tras recibir una llamada telefónica cuando pronunciaba un discurso en un acto público, se decretó un toque de queda parcial que paulatinamente se fue incrementando, tanto en horas como en días.
A las cuatro de la tarde todas las personas tenían que estar en sus casas o en caso contrario serían detenidas por violentar la restricción con la cual se pretendía que los contagios por el nuevo coronavirus se redujeran.
Y, desde ese sábado, 21 de marzo de 2020, la situación ya precaria de muchos artistas guatemaltecos, que cada fin de semana, principalmente, buscaban llevar a cabo sus shows o espectáculos ante distintos públicos, se agravó.
Primer año con el Covid-19
Los circos, espacios de teatro, escenarios para músicos, galerías de arte y en definitiva cualquier lugar al que acudiese público para presenciar alguna actividad histriónica, quedaron cerrados.
Pero no se trata solo de la pérdida para los grandes estudios, sino la forma en que repercute en toda la economía relacionada con el mundo del espectáculo.
¿Qué ha pasado durante este primer año con la pandemia en el país?
Ante los retos y haciendo gala de sus capacidades, muchos artistas tuvieron que reinventarse para tratar de ofrecer sus espectáculos de maneras alternativas, como las transmisiones en vivo en redes sociales o sencillamente dedicarse a cualquier otra cosa que generara ingresos, menos arte.
Y es que hay que recordar que la mayoría de artistas forma parte de la economía informal y la vulnerabilidad en sus ingresos, incluso antes de la pandemia, dependía del día a día.
Mientras que la maestra Mónica Sarmientos, violinista y actriz, indicó lo siguiente: “Creo que somos las personas más afectadas. En mi caso, tengo la bendición de trabajar en la Orquesta Sinfónica Nacional, pero me quedé sin otros ingresos provenientes del teatro y de mis alumnos, muchos se fueron”.
Por su parte, el actor e imitador Elmer Bautista resaltó que el mundo del entretenimiento fue de los primeros en cerrar y está siendo de los últimos en abrir porque aún no tiene la oportunidad de actuar en teatros u otros lugares.
El futuro…
Ahora, la gran pregunta es qué podemos esperar para el resto del año, ya que siempre está presente la toma de conciencia sobre el peligro que implica el riesgo a causa de reuniones masivas.
Hay muchas personas que todavía guardan la esperanza de que en un futuro cercano se pueda dar una situación en la que los eventos tengan un momento como el que conocíamos antes.
Y es que los artistas nacionales tienen claro que sería un error hacer algo grande, porque no quisieran poner en riesgo la salud de sus fans, quienes serían un gran foco de infección.
* Con información de Mónica Ávila y Esvin Lopez.