El papa Francisco visitará El Cairo, Egipto, este viernes para manifestar su solidaridad con los coptos, la comunidad cristiana más importante de Oriente Medio, víctima de atentados, y para tender al mismo tiempo la mano a los musulmanes.
"Deseo que esta visita sea como un abrazo de consuelo y de aliento para todos los cristianos de Oriente Medio", declaró el Papa en un mensaje de video transmitido el martes a los egipcios, destacando además su deseo de aportar una contribución eficaz "al diálogo interreligioso con el mundo islámico".
Su visita de dos días se realizará bajo estrictas medidas de seguridad, en un país en estado de emergencia tras los sangrientos atentados del 9 de abril contra dos iglesias coptas.
Sin embargo, Francisco se niega a trasladarse en vehículo blindado, dijo su portavoz, Greg Burke, afirmando no tener "preocupaciones particulares" dado el plan de seguridad preparado por el gobierno egipcio.
El pontífice de 80 años se entrevistará el viernes con el jeque Ahmed Al Tayeb, el gran imán sunita de la universidad Al Azhar, un profesor de filosofía islámica de 71 años muy crítico con el yihadismo que visitó el Vaticano en mayo de 2016 tras una década de relaciones distantes con el catolicismo.
La universidad Al Azhar, la institución de referencia del islam sunita, organiza el viernes una conferencia internacional para la paz en la que el papa hablará después del imán en calidad "participante".
También el viernes, el Papa se entrevistará con el presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, criticado en el exterior por violaciones a los derechos humanos pero que desde su llegada al poder en 2014 dio muestras de apertura hacia la comunidad cristiana egipcia.
"Ciudadanos de segunda"
El Papa, que representa a los cerca de 1 mil 300 millones de católicos en el mundo, tendrá además una reunión privada el viernes con el papa copto ortodoxo Teodoro II.
Juntos acudirán a la iglesia copta San Pedro y San Pablo, en pleno centro de El Cairo, donde en diciembre murieron 29 personas en un atentado con bomba.
El sábado, el pontífice oficiará una misa y se reunirá con miembros de la comunidad copta, minoritaria en el país con menos de 300 mil fieles.
Los coptos, de tradición mayoritariamente ortodoxa, representan cerca del 10 % de los 92 millones de egipcios. Su historia se remonta a los principios del cristianismo y en el siglo XII eran aún mayoritarios en Egipto, recuerda el padre Samir Khalil, especialista de estudios islámicos y cristianos del instituto pontificio oriental de Roma.
También señala la problemática inscripción de la religión en los documentos de identidad egipcios, en un contexto en que muchos coptos se sienten apartados de los cargos de responsabilidad del país.
"Los cristianos piden ser considerados como ciudadanos iguales y no como una minoría" en un país en el que el islam está inscrito en la Constitución.
Por su parte un prelado de alto rango del Vaticano deplora que los cristianos se hayan convertido en "ciudadanos de segunda" en Egipto, enfrentados a "terroristas" que quieren "demostrar que es imposible vivir juntos como ciudadanos iguales".
La visita del Papa a El Cairo busca, en particular, consolidar las relaciones entre Al Azhar y el Vaticano, que se habían crispado a partir de 2006 por las declaraciones controvertidas del papa Benedicto XVI asociando islam y violencia.