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EN IMÁGENES. San Juan Comalapa despide a 172 víctimas del conflicto armado interno

Las osamentas de 172 indígenas víctimas de la represión militar durante la guerra civil guatemalteca fueron trasladadas en caravana el miércoles, desde la capital al poblado de San Juan Comalapa (oeste), para ser veladas y sepultadas en el cementerio de la localidad.

Los pequeños ataúdes de madera, colocados en la plataforma de un camión, llegaron al poblado indígena luego de que se realizaran las pruebas para identificar los restos.

En total fueron exhumadas 220 osamentas del sitio donde funcionó un cuartel militar durante el conflicto armado en San Juan Comalapa, 35 km al oeste de la capital guatemalteca.

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Solo 48 fueron identificadas con pruebas de ADN y entregadas a sus familiares. Las restantes 172 serán sepultadas el jueves sin identificar.

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Al llegar al poblado los pequeños ataúdes fueron bajados de la plataforma y colocados en el suelo de un salón comunal, donde también instalaron un escenario para diferentes actos protocolarios y artísticos.

En la noche realizarán una misa campesina como parte de los actos del velorio para que las 172 osamentas recuperadas sean enterradas en las antiguas instalaciones del cuartel militar.

Los trabajos de exhumación de las osamentas se realizaron entre 2004 y 2005, luego vino un proceso de identificación por medio de ADN.

Portando una corona de flores blancas, León Colaj, de 59 años, participó en las exequias 38 años después que once de sus familiares fueron desaparecidos por militares durante la guerra civil que entre 1960 y 1996 dejó 200.000 muertos y desaparecidos.

"Lo que queremos es darles una sepultura digna, aunque solo sean unos huesos que encontramos", dijo resignado a la AFP, pues no fue posible identificar a ninguno de sus familiares.

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"Para nosotros es una esperanza, porque nunca pensamos que en una caravana pública se fueran a llevar a las personas asesinadas en la guerra", agregó Colaj.

Contó también que los antropólogos forenses le pidieron a él y su esposa otras muestras de saliva y sangre para seguir con las pruebas de ADN, ya que muchas de las osamentas están muy deterioradas por el paso del tiempo.

"Nosotros queremos encontrar aunque sea unos huesitos porque es una forma de revivir en nosotros mismos, según la concepción maya", puntualizó.

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Dignificación

"Todas las osamentas fueron encontradas en un lugar" utilizado por el ejército de Guatemala "como zona de tortura, de desaparición y muerte de muchas personas", comentó Feliciana Macario, de la Coordinadora Nacional de Viudas de Desaparecidos de Guatemala (Conavigua).

"Para nosotros como personas mayas es muy importante porque tenemos el deber de dar digna sepultura a un ser querido y el reconocer la vida de las personas y esclarecer la verdad, que en Guatemala sí hubo masacres y sí hubo genocidio", afirmó a la AFP la dirigente de Conavigua, que apoya la inhumación.

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En tanto, el director de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), José Suasnavar, dijo a la AFP que las víctimas serán enterradas en San Juan Comalapa porque allí fueron encontradas, pero las personas pertenecen a distintos poblados, incluso de la capital.

Detalló que algunos de los restos pertenecían a niños, pero en su gran mayoría eran de adultos.

"Aunque no sepamos el nombre de muchas personas, sabemos que están acá y con el entierro se van a dignificar, esperamos que esto sea para que nunca más vuelva a pasar", puntualizó Suasnavar.

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Un informe sobre la memoria histórica de la guerra, elaborado por la ONU y presentado en 1999, reveló que 93% de las violaciones a los derechos humanos fueron cometidos por las fuerzas del Estado y reconoció que hubo genocidio contra poblaciones indígenas mayas.

Un censo de población de 2002 indica que 42% de los 16 millones de habitantes de Guatemala son indígenas, aunque sus dirigentes aseguran que son más de 60%.

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