Asesinatos constantes, asaltos en cada esquina, venta de droga y la falta de presencia de la Policía Nacional Civil (PNC) obligaron a organizarse a pobladores de San Vicente Pacaya, en Escuintla, quienes desde el pasado viernes han iniciado con patrullajes civiles.
El ambiente no se percibe hostil en el día. Los vecinos continúan sus actividades cotidianas a la vista de los patrulleros que hacen rondas, pero sin hacerse notar. En la noche todo cambia porque se cubren el rostro con gorros pasamontañas, empuñan las armas de fuego e instalan retenes.
Toman medidas
Una de las primeras acciones que tomaron los patrulleros fue desalojar a cinco familias, las cuales, aseguran, están involucradas en actos ilícitos. “Les pedimos que se retiraran del municipio”, asegura uno de los vecinos que brinda seguridad.
Asimismo, les solicitaron a todas las personas que a partir de las 10 de la noche no salgan a las calles si no es necesario. “Los bares y ventas de bebidas alcohólicas deben cerrar a las 10 de la noche”, indica un patrullero.
"No les dijimos que lo hagan, pero deben respetar las leyes porque no queremos caer en la anarquía", agrega.
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Sin agentes
Ezequiel Arias, secretario de la comuna de San Vicente Pacaya, explica que la violencia ha aumentado, e indica que únicamente hay cuatro agentes de la PNC, quienes no poseen ni una autopatrulla, para una población que supera los 12 mil habitantes.
El domingo último sicarios asesinaron a un comerciante en San Vicente Pacaya. Los patrulleros llevaron a cabo una ronda de seguridad y le marcaron el alto a un conductor, pero no obedeció y le dispararon. En el automotor se conducía un empleado de la embajada de EE. UU.
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