México envió este jueves una nota diplomática a Estados Unidos para demandar una investigación sobre el uso de la fuerza contra familias de migrantes centroamericanos que intentaron cruzar en masa la frontera, informó la cancillería mexicana.
"La Secretaría de Relaciones Exteriores envió hoy una nota diplomática a la Embajada de Estados Unidos sobre el incidente ocurrido el 1 de enero en la zona fronteriza" que divide la mexicana Tijuana de la estadounidense San Diego, indica un comunicado de la cancillería.
Se "solicitó que se realice una investigación exhaustiva de los hechos ocurridos ese día, así como de los del pasado 25 de noviembre en esa misma zona", añade el parte sin dar detalles de los eventos.
Tras una manifestación pacífica en Tijuana para demandar asilo en Estados Unidos, cerca de mil migrantes centroamericanos -entre ellos numerosos niños- corrieron en estampida hacia el muro fronterizo e intentaron saltarlo el 25 de noviembre.
Pero las fuerzas estadounidenses desplegadas en la frontera no tardaron en repelerlos con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos lanzados desde helicópteros que sobrevolaron al ras del muro, haciendo que numerosos migrantes perdieran el equilibrio y cayeran al suelo.
Ese incidente dejó tres heridos y numerosos intoxicados por gas.
El 1 de enero, un centenar de migrantes reintentó la misma estrategia, pero desistieron al enfrentarse con gases lacrimógenos de las fuerzas estadounidenses.
Consultada por la AFP, la cancillería confirmó que la nota diplomática de México se refiere a estos incidentes.
México "lamentó que se registre cualquier tipo de actos violentos en la frontera" y "reiteró su compromiso para salvaguardar los derechos humanos y la seguridad de todas las personas migrantes", indica el comunicado.
Estos migrantes forman parte de una gran caravana que salió de Honduras en octubre pasado para recorrer unos 4.300 kilómetros hasta Tijuana, donde se encuentran desde principios de noviembre.
Hasta esta localidad llegaron cerca de 7.000 migrantes, en su mayoría hondureños, con la esperanza de cruzar a Estados Unidos y pedir refugio o asilo alegando que escapan de la violencia y la extrema pobreza en sus países.
Hoy quedan unos 1.500 tras dispersarse o pedir el regreso voluntario a su país.
El presidente estadounidense Donald Trump, que acusa a los centroamericanos de protagonizar una "invasión" y envió miles de soldados a su frontera sur, reiteró recientemente su amenaza de cerrar la frontera.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha buscado evitar confrontaciones y aboga por impulsar el desarrollo en México y Centroamérica para frenar la emigración.