Los colombianos estaban convocados a sumarse este miércoles a un nuevo paro nacional de actividades, en el marco del séptimo día de protestas contra el gobierno del presidente Iván Duque.
Los líderes de la protesta pretendían aumentar la presión sobre Duque con una segunda huelga en menos de una semana.
En Bogotá, epicentro de la movilización, manifestantes se concentraron en el céntrico Parque Nacional.
Durante la jornada se esperaban marchas y la suspensión de actividades, aunque en las primeras horas el paro tenía una tibia adhesión.
Bajo vigilancia policial, comercios y transporte público se veían apenas reducidos.
"Han convertido a Colombia en una democracia donde favorecen a una minoría de empresarios y burócratas, mientras la gran mayoría debemos sostener sus privilegios", denunció en Twitter el sindicato del magisterio Fecode, uno de los más activos en la movilización.
En su mayoría pacíficas, las protestas dejan cuatro muertos, unos 500 heridos entre civiles, policías y militares, 172 detenidos y 60 venezolanos expulsados por "actos vandálicos".
Estallido social
Miles de personas se manifiestan a diario y hacen sonar cacerolas desde el pasado jueves, cuando una primera huelga derivó en la mayor movilización que haya enfrentado cualquier gobierno colombiano desde finales de los 70.
El presidente Duque lanzó el domingo un "diálogo social" para discutir los reclamos de la calle.
Sin embargo, abrió las conversaciones con los políticos antes que con los portavoces de la protesta, lo que le ha restado filo a su iniciativa.
Aun así, persiste en su intento de atraer a la mesa de negociaciones a los representantes de los diversos sectores.
El Comité Nacional de Paro, que reúne a sindicatos, indígenas, estudiantes y profesores, presentó una plataforma de pedidos que incluyen desde el retiro de una reforma tributaria en trámite hasta el cumplimiento cabal del acuerdo de paz, pasando por la disolución de la fuerza antidisturbios (Esmad), tras la muerte de un joven de 18 años el sábado.
*Con información de AFP