San Nicolás de Myra fue un santo cristiano primitivo cuya reputación de dador de regalos inspiró la figura popular holandesa de Sinterklaas, que más tarde se convertiría en Santa Claus o Papá Noel.
Sin embargo, no sobrevive ninguna representación del hombre detrás del mito de su época, y la mayoría de las representaciones del viejo San Nicolás datan de siglos después de su muerte en el año 343 d. C.
Ahora su rostro vivo puede verse por primera vez desde los días del Imperio Romano tardío después de que un artista digital especializado en anatomía forense ha recreado sus rasgos usando su cráneo.
El brasileño Cicero Moraes, autor principal del de la obra, explica que el de San Nicolás era un “rostro fuerte y gentil”.
“El cráneo tiene un aspecto muy robusto, generando un rostro fuerte, pues sus dimensiones en el eje horizontal son mayores que el promedio”, explicó Moraes.
“Esta característica, combinada con una barba espesa, recuerda mucho a la figura que tenemos en mente cuando pensamos en Papá Noel”, dice el artista y científico brasileño.
Para crear el rostro, Moraes y su equipo utilizaron datos recopilados en la década de 1950 por Luigi Martino, con autorización del Centro Studi Nicolaiani.
“Inicialmente reconstruimos el cráneo en 3D usando estos datos. Luego trazamos el perfil de la cara utilizando proyecciones estadísticas”, prosigue Moraes.
“Completamos esto con la técnica de deformación anatómica, en la que se ajusta la tomografía de la cabeza de una persona viva para que el cráneo del donante virtual coincida con el del santo. La cara final es una interpolación de toda esta información, buscando la coherencia anatómica y estadística”, dice.
Inicialmente enterrado en Myra, Turquía, sus huesos fueron trasladados más tarde a Bari, en Italia, donde permanecen hoy.