El juicio político contra el presidente Donald Trump entró este miércoles en una nueva etapa, después de que el Senado de Estados Unidos debatiera hasta altas horas de la noche las reglas que regirán el proceso, y los republicanos bloquearan todos los intentos de los demócratas de citar a altos funcionarios.
Antes de que el proceso se centrara en los dos cargos que pesan sobre Trump (abuso de poder y obstrucción al Congreso) los republicanos que dominan el Senado y la oposición demócrata se enfrascaron en una crispada pugna por la hoja de ruta que se extendió durante 13 horas.
Todos los intentos de los demócratas de citar testigos clave fueron bloqueados por la mayoría republicana, en un indicio de cómo se desarrollará un proceso que probablemente concluirá con la absolución del presidente.
El jefe de la mayoría republicana, Mitch McConnell, presentó la noche del lunes un plan de resolución para un juicio abreviado, que en cerca de dos semanas puede despachar el proceso.
Este cronograma establecía tres sesiones de ocho horas para la acusación, un tiempo equivalente para la defensa y luego 16 horas para las preguntas.
El plan de trabajo fue adaptado a último minuto tras la propuesta inicial presentada por McConnell, que contemplaba sesiones de 12 horas, algo duramente criticado por los demócratas, que afirmaron que con esto se pretendía que el proceso se desarrollara a espaldas de la opinión pública.
Estos fueron los únicos cambios que admitió McConnell.
Las once enmiendas presentadas por el jefe de la bancada demócrata, Chuck Schumer, para citar a altos funcionarios cercanos a Trump y para obtener documentos, fueron rechazadas sistemáticamente con los 53 senadores republicanos votando en bloque.
"La verdad va a salir a la luz"
Cuatro meses después de que estallara el escándalo ucraniano que llevó a los demócratas a acusar a Trump, los senadores dieron comienzo al proceso que convirtió al magnate en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a un proceso de destitución, tras Andrew Johnson, en 1868, y Bill Clinton, en 1999.
El martes, el proceso se desarrolló apegado a un protocolo que dicta que no están permitidos ni los aplausos, ni los teléfonos celulares en la sala, y que dentro del hemiciclo solo se puede tomar agua o leche.
Este día histórico en Washington, en el que un soslayado sol de invierno iluminó el Capitolio pese a las temperaturas bajo cero, en un procedimiento poco habitual, algunos miembros de la Cámara de Representantes se dirigieron al Senado durante una audiencia.
Una de las figuras centrales fue el demócrata Adam Schiff, a cargo de la acusación contra Trump, que abogó la citación de testigos y la presentación de documentos.
"La verdad va a salir a la luz", dijo Schiff a los senadores. "La pregunta es cuándo", planteó el congresista, quien fue el encargado de liderar las investigación contra Trump en la Cámara de Representantes.
*Con información de AFP