Fotografiarse siendo “abducido” por una nave extraterrestre o “levitar” sobre una cama es posible para los amantes de las selfis en Guatemala tras la apertura del primer Museo Selfie, que recrea coloridas locaciones para retratarse.
“Es un lugar muy bueno y muy creativo para tomarse fotos”, dijo a la AFP Gabriela Alonzo, una de las visitantes del Selfie Museo, recién abierto al público en uno de los cerros que rodean la ciudad colonial de Antigua, al suroeste de la capital, una de los principales atractivos turísticos de la nación centroamericana.
El peculiar museo es el primero de estas características en Centroamérica, según sus propietarios, y ofrece una variedad de 40 escenarios para vivir la experiencia fotográfica desde ser un presidiario, una muñeca Barbie en su caja o pintar con un crayón gigante.
Los turistas también aprovechan para besar “de cabeza” a Spider-Man, el mítico superhéroe estadounidense de historietas, para emular una de sus más recordadas escenas en la película de 2002.
“Está muy ‘cool'”, añadió Alonzo, originaria de Ciudad de Guatemala.
Todos los “spots” (lugares) fueron armados y pintados por más de 10 artistas guatemaltecos y se accede por unos 3 dólares.
“El modelo que llevábamos dentro”
“La idea surgió de un viaje a Miami donde tuve la oportunidad de conocer un lugar con un concepto similar a este y decidí traerlo a Guatemala”, contó Joey López, un joven emprendedor de 19 años, uno de los propietarios del museo abierto en febrero pasado.
Los colores brotan por todas las paredes del lugar y en cada escenario las personas tratan de sacarse la mejor selfi.
“Aquí el arte es uno mismo”, comentó Rony Hernández (17), colaborador del museo.
Pinturas de columpios monocromáticos y Hulk también son concurridas para las selfies. Los turistas pueden retratarse también con un mural de la imagen del cantautor guatemalteco Ricardo Arjona.
“A mí me encanta tomarme fotos, entonces creo que es una experiencia muy bonita [para] todas las personas que les encanta la creatividad en sus fotografías”, mencionó Yusell Alonzo, otra visitante.
En otra área del museo, que simula el robo a un banco con “bolsas de dinero”, Ángel Recopachi, sin ocultar su emoción por “todas las fotos” que se lleva, contó que volverá para vivir una “experiencia maravillosa”.
“El ambiente es muy bonito, hay buena música y sacamos el modelo que llevábamos dentro”, dijo el muchacho cubierto con una sudadera negra con tejidos mayas.
Con información de AFP