El vicepresidente estadounidense J.D. Vance calificó como “una gran bendición” y “bastante loco” haber sido uno de los últimos altos funcionarios en reunirse con el papa Francisco, apenas 24 horas antes de su fallecimiento. Las declaraciones las hizo este miércoles en India, antes de regresar a Washington, donde reflexionó sobre el emotivo encuentro.
Un encuentro inesperado
Vance, quien se reunió con el pontífice el Domingo de Pascua en el Vaticano, admitió que no sabía que el papa estaba tan grave: “Sabía que estaba enfermo, pero no me di cuenta de lo enfermo que estaba”, dijo. El vicepresidente también sostuvo una reunión previa con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
Un legado más allá de la política
Aunque el papa Francisco tuvo desacuerdos públicos con políticas de la administración Trump, como las deportaciones masivas —que calificó de “vergüenza”—, Vance prefirió recordarlo como “un gran pastor cristiano” y defensor de los más vulnerables: “No voy a manchar su legado hablando de política. Fue una figura global que trascendió fronteras”.
Tras la muerte del pontífice, Vance compartió en X: “Mi corazón está con los millones de cristianos que lo amaron”, destacando la homilía “realmente hermosa” que Francisco dio durante la pandemia.
Este encuentro fortuito marca un momento histórico para Vance, quien ahora forma parte de la memoria final del primer papa latinoamericano.