La industria de los juguetes sexuales tiene un nuevo aliado en sus filas: la inteligencia artificial. En una feria de artículos para adultos en Shanghái, China, presentaron una nueva tendencia que llamó la atención de todos: los juguetes sexuales dirigidos con inteligencia artificial.
“El recurso a la inteligencia artificial se ha popularizado en estos dos últimos años. Pero todavía estamos en las primeras fases”, comentó a la AFP Hannes Hultman, director de ventas para Europa de la empresa china Svakom.
¿De qué se tratan los juguetes sexuales con inteligencia artificial?
Alrededor del 70% de los juguetes que se presentaron, fueron fabricados en China. La colección incluía entre muñecas hiperrealistas y vibradores, pero los artículos inteligentes fueron los que más se destacaron.
La marca Svakom es una de las que se adentran en el sector de los teledildonics, el término utilizado para los encuentros sexuales virtuales que usan tecnología para imitar y extender la interacción sexual humana.
Uno de los productos más llamativos es un masturbador que, gracias a la inteligencia artificial, puede sincronizarse con una película porno y además puede imitar los movimientos de los actores en el filme y reproducir las sensaciones.
La empresa también lanzó junto a otras marcas programas de conversaciones eróticas. “Luego puede pedirle a la inteligencia artificial que tome el control de su juguete”, explica Hultman. “Crea su propia novia virtual y le pide que interactúe con usted. En realidad, ahora usted puede tocar su propio cuerpo a través de este juguete”, prosigue.
La empresa de Pekín, Sistalk Technology, por su parte ofrece, mediante su aplicación, dar el control de su juguete sexual a una “novia” creada por inteligencia artificial.
La población joven china, que dispone de mayores ingresos y es más exigente en materia de bienestar que las generaciones anteriores, está cambiando totalmente el mercado, asegura un vendedor de la empresa. “Aunque fabricamos juguetes sexuales, intentamos cambiar la mentalidad de nuestra comunidad y hacer [estos objetos] menos pornográficos”, afirma.