El presidente de Argentina, Javier Milei, realizó este miércoles una visita sorpresa a la ciudad de Bahía Blanca, afectada por graves inundaciones que han dejado al menos 16 fallecidos. El mandatario estuvo acompañado por su hermana y secretaria de Gobierno, Karina Milei; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; y los ministros de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Defensa, Luis Petri.
La visita se produjo en un contexto de fuertes críticas por parte de la oposición, especialmente de la expresidenta Cristina Fernández, quien acusó al Gobierno de tener una “desconexión emocional con los que sufren”. Según medios locales, el viaje no fue anunciado previamente para evitar que se interpretara como un gesto político. Fuentes de la Casa Rosada señalaron que Milei viajó sin equipo de comunicaciones ni fotógrafo, en un intento por mantener un perfil bajo.
Sin embargo, la llegada del presidente no estuvo exenta de tensiones. Un vecino de Bahía Blanca lo increpó a gritos, acusándolo de ser “un careta (falso)” y de buscar “tirarse la foto” sin brindar soluciones concretas. El hombre, visiblemente alterado, exigió ayuda para los afectados, especialmente colchones y apoyo inmediato.
Milei, por su parte, permaneció en silencio junto a su comitiva, rodeado de un fuerte operativo de seguridad. La visita refleja los desafíos que enfrenta el Gobierno para responder a la crisis mientras busca evitar ser percibido como oportunista. Mientras tanto, las críticas por la gestión de la emergencia continúan, y la oposición exige acciones más contundentes para asistir a las víctimas de las inundaciones.