La jueza de ejecución de sanciones de menores en conflicto con la ley penal, Verónica Galicia, explicó que en conjunto con la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y la iglesia Ebenezer se realiza un plan piloto en siete centros educativos, de donde llegan más adolescentes en conflicto con la ley penal, de las zonas 6 y 18, con la finalidad de prevenir la violencia y el delito.
Expandilleros rehabilitados compartieron con los jóvenes y padres de familia sus testimonios tras haber ingresado a un pandilla.
En el primero de los casos, el joven mencionó que pasó más de dos años privado de libertad, con más de dos ingresos, luego de haber ingresado a una pandilla en donde probó las drogas y cometió varios delitos.
Según relató, en una pandilla te aseguran que vas a ganar respeto, pero finalmente te topas con que solo tu mamá está a tu lado cuando estás privado de libertad.
“Aquí afuera uno dice a mí nadie me toca porque andas armado, pero allá adentro no eres nada. Te golpean por todo”, agregó.
El joven condenó que la sociedad señala a los privados de libertad y pide “que los quemen allá adentro”; sin embargo, aseguró que hay varios que pueden cambiar y actuar de manera correcta.
Otro de los jóvenes indicó que a los 12 años ingresó a una pandilla, en donde aprendió a robar, extorsionar e incluso a asesinar. Sin embargo a los 16 años recibió tres impactos de bala, que le dañaron el intestino y la vejiga.
En total, pasó seis años y ocho días entre penal y penal. De acuerdo con él, lo más importante para evitar que los jóvenes busquen a las pandillas es el buen ejemplo de los padres.
Asimismo, recalcó que lo que más influye en que los jóvenes se unan a una pandilla es ver un hogar desintegrado y que no buscan a Dios.
En un tercer caso, el joven de 26 años les explicó a los estudiantes que tenía un año y un mes de haber salido de un penal, luego de pasar ocho años y nueve meses privado de libertad.
Según narró, viene de una familia de seis hermanos, de los cuales solo él está vivo.
De acuerdo con el joven, cuando una pandilla entra a una casa a través de un miembro, destruye la familia, la confianza y el amor.