11 de enero de 2020: China anunciaba que dos días antes se había registrado la primera muerte causada por el misterioso virus detectado en Wuhan, metrópolis de 11 millones de habitantes, que a la postre sería la cuna del Covid-19.
Un año después, más de 1. 9 millones de personas han muerto en todo el mundo por la enfermedad, y el aniversario del primer deceso ha pasado desapercibido en China, que intenta borrar su imagen de epicentro de la pandemia.
La identidad de la primera víctima nunca se dio a conocer, aunque se sabe que se era un hombre de 61 años que hacía sus compras en el mercado Huanan de Wuhan. Ese mercado, considerado como el primer gran foco de la epidemia, fue cerrado el 1 de enero de 2020. Ahí se vendían animales salvajes vivos, considerados como posibles transmisores del nuevo coronavirus al hombre.
El lunes, el mercado permanecía cerrado, detrás de una larga valla. Mientras, los habitantes de Wuhan se dedicaban a sus ocupaciones habituales, al tiempo que los medios del régimen comunista chino silenciaban la fecha.
“Bailamos felices”
“Wuhan es ahora la ciudad más segura de China, e incluso del mundo”, dijo Xiong Liansheng, un sexagenario, entrevistado en un concurrido parque a orillas del río Yangtsé, donde los jubilados bailan o se dedican a hacer ejercicios físicos, algunos con mascarilla.
“Ahora la mayoría de los casos en China vienen del extranjero. Nuestro país controla la situación”, comentó por su parte Zhong, una mujer de 80 años de edad que reveló solamente su nombre de pila.
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En Wuhan, al igual que en el resto de China, la pandemia quedó controlada en primavera boreal, y el balance oficial de 4 mil 634 fallecimientos no varió desde mediados de mayo.
No obstante, el gigante asiático ha sido criticado por su respuesta inicial a la epidemia.
*Con información de AFP