Misterio

El oscuro origen de los genios

Antes de conceder deseos, eran temidos como seres del caos

Los genios, o “djinn”, como se les llama en la tradición árabe, no siempre fueron figuras simpáticas que vivían en lámparas y concedían tres deseos. El mito original de estos seres es mucho más antiguo, misterioso y aterrador. Se remonta a miles de años antes de Disney, y está lleno de leyendas sobre espíritus invisibles, castigos divinos y reinos ocultos entre nuestro mundo y el más allá.

En la tradición islámica, los djinn son criaturas creadas por Dios a partir de fuego sin humo, distintas a los humanos (hechos de barro) y a los ángeles (hechos de luz). Viven en un mundo paralelo al nuestro, pero pueden cruzar hacia este cuando lo desean. Son libres, tienen voluntad propia y, al igual que los humanos, pueden ser buenos o malvados. Algunos son traviesos; otros, directamente peligrosos.

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El mito del djinn se propagó desde Arabia hasta Persia y el norte de África, adoptando formas diversas: desde espíritus guardianes hasta demonios vengativos que poseen cuerpos o provocan locura. Muchos relatos aseguran que habitan lugares deshabitados como ruinas, desiertos y cementerios. Incluso hay quienes dicen que si se invoca mal a un djinn, este puede atarse a la vida de una persona… y arruinarla por completo.

El genio que concede deseos, como el de “Aladino”, es una versión domesticada del mito, popularizada por “Las mil y una noches” y adaptada por la cultura occidental. Pero en su esencia, los genios son parte de un mundo invisible, lleno de reglas ocultas, castigos eternos y pactos peligrosos.

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